Concierto en la Feria del Libro de Lima
por Horacio Salinas
Nos tocó terminar con música las variadas y entusiastas actividades de esta Feria donde Chile fue el país invitado de honor. Esto sucedió el sábado 3 de Julio, y lo que parecía ser una presentación de 45 minutos, se transformó en casi dos horas de canciones y piezas instrumentales. La carpa en un rincón de la Feria, pensada para unas cuatrocientos personas, tuvo que resistir las más de mil quinientas que llegaron presionando para conseguir una buena ubicación. De modo que las tres primeras canciones sonaron acompañadas de un murmullo intenso y moderadamente antipático. Pero solo las tres, luego entramos de lleno en el concierto.
Partimos con Ramis, un huayno que conocimos luego de nuestra primera visita al Perú en el verano del año 1970, y tradujimos a nuestro modo desde una grabación de la Orquesta indígena de Teodoro Valcárcel, importante músico peruano. Este Ramis es de esos temas fundacionales que no pueden faltar en el repertorio de nuestros conciertos, al menos desde algunos años, y la energía y brillante factura de su melodía fue como una apertura de agradecimiento a los peruanos. Sorpresa fue la recepción de “Arroz con cocolón”, tema afro-peruano que pusimos en el disco Esencial y que muy entusiasmadamente cantamos en la Feria limeña. "Sabor" y gran gusto fueron las palabras del importante músico afro-peruano, don José Villalobos, para hablar de nuestro arreglo. Pasamos un difícil y esperado examen.
Dedicamos nuestro concierto al maestro Celso Garrido-Lecca, gran músico peruano que vivió una importante etapa de su vida en Santiago y que, como si nada, pasea sus 83 años con envidiable prestancia. Fue mi maestro tutor cuando estudiaba composición en la U. De Chile y nos tocó trabajar juntos en los años famosos de Allende, también junto a Victor Jara. Compuso un concierto para charango y Orquesta dedicado a Horacio Durán y que casi hemos ido memorizando, dada la vehemencia con que Horacio repasa sus partes.
En el Hotel nos cruzamos y abrazamos con Pedro Lemebel que se aprestaba a un viaje hacia la selva peruana, hermoso territorio verde que es casi la mitad del país.
Otro encuentro afectuoso fue con Oscar Hahn, poeta de los buenos que se mencionan como posible premio nacional y con nuestro queridísimo Gonzalo Rojas, varias veces premiado. Conversar con el poeta Rojas es un deleite y el tema fue China, país de moda que mucho conoce nuestro vate y todo en la casa del embajador Cristián Barros quien organizó un cariñoso y limeño almuerzo.
Lima está más bulliciosa que nunca. Siempre mezquina de sol. Pero con su raro encanto parecido al Pisco sour que preparan de forma inimitable! Se perciben cambios y mucho cartel y publicidad como la de Santiago. Se ven los chilenos por allá, pero esta vez en son de comercio. Fuimos y volvimos felices. Perú es de esos países que parecieran estar despertando, sobre todo su gente. Tiene tesoros gigantescos para deslumbrar y con seguridad lo harán. Su música antigua, la Sierra peruana y también la de la Costa, son un patrimonio intacto que aprendimos a querer desde los inicios de nuestro grupo.
por Horacio Salinas
Nos tocó terminar con música las variadas y entusiastas actividades de esta Feria donde Chile fue el país invitado de honor. Esto sucedió el sábado 3 de Julio, y lo que parecía ser una presentación de 45 minutos, se transformó en casi dos horas de canciones y piezas instrumentales. La carpa en un rincón de la Feria, pensada para unas cuatrocientos personas, tuvo que resistir las más de mil quinientas que llegaron presionando para conseguir una buena ubicación. De modo que las tres primeras canciones sonaron acompañadas de un murmullo intenso y moderadamente antipático. Pero solo las tres, luego entramos de lleno en el concierto.
Partimos con Ramis, un huayno que conocimos luego de nuestra primera visita al Perú en el verano del año 1970, y tradujimos a nuestro modo desde una grabación de la Orquesta indígena de Teodoro Valcárcel, importante músico peruano. Este Ramis es de esos temas fundacionales que no pueden faltar en el repertorio de nuestros conciertos, al menos desde algunos años, y la energía y brillante factura de su melodía fue como una apertura de agradecimiento a los peruanos. Sorpresa fue la recepción de “Arroz con cocolón”, tema afro-peruano que pusimos en el disco Esencial y que muy entusiasmadamente cantamos en la Feria limeña. "Sabor" y gran gusto fueron las palabras del importante músico afro-peruano, don José Villalobos, para hablar de nuestro arreglo. Pasamos un difícil y esperado examen.
Dedicamos nuestro concierto al maestro Celso Garrido-Lecca, gran músico peruano que vivió una importante etapa de su vida en Santiago y que, como si nada, pasea sus 83 años con envidiable prestancia. Fue mi maestro tutor cuando estudiaba composición en la U. De Chile y nos tocó trabajar juntos en los años famosos de Allende, también junto a Victor Jara. Compuso un concierto para charango y Orquesta dedicado a Horacio Durán y que casi hemos ido memorizando, dada la vehemencia con que Horacio repasa sus partes.
En el Hotel nos cruzamos y abrazamos con Pedro Lemebel que se aprestaba a un viaje hacia la selva peruana, hermoso territorio verde que es casi la mitad del país.
Otro encuentro afectuoso fue con Oscar Hahn, poeta de los buenos que se mencionan como posible premio nacional y con nuestro queridísimo Gonzalo Rojas, varias veces premiado. Conversar con el poeta Rojas es un deleite y el tema fue China, país de moda que mucho conoce nuestro vate y todo en la casa del embajador Cristián Barros quien organizó un cariñoso y limeño almuerzo.
Lima está más bulliciosa que nunca. Siempre mezquina de sol. Pero con su raro encanto parecido al Pisco sour que preparan de forma inimitable! Se perciben cambios y mucho cartel y publicidad como la de Santiago. Se ven los chilenos por allá, pero esta vez en son de comercio. Fuimos y volvimos felices. Perú es de esos países que parecieran estar despertando, sobre todo su gente. Tiene tesoros gigantescos para deslumbrar y con seguridad lo harán. Su música antigua, la Sierra peruana y también la de la Costa, son un patrimonio intacto que aprendimos a querer desde los inicios de nuestro grupo.